Nada en la vida es totalmente si mantenimiento, pero el hormigón impreso está muy cerca de conseguirlo. Los colores endurecedores le dan una gran resistencia al desgaste y las lacas acrílicas sellan el hormigón completamente, evitando que crezcan mohos y también protegiéndolo de manchas de aceites y ácidos. Para su limpieza solo se necesita agua a presión y resellarlo con laca acrílica ocasionalmente. La frecuencia del sellado depende del uso que se le de, pero la media es resellarlo entre 4 y 10 años.